¿Sentiste el llamado de la pasión, o dirías que llagaste a ella a través de un proceso?

A mí me apasiona la literatura (leer y escribir). Fue una gran compañía durante mi infancia y adolescencia, y lo sigue siendo hoy mismo. Creo que de alguna manera siempre estuvo ahí y, por suerte, en un momento lo vi y decidí desarrollar esa pasión.

¿Te cambio en algo el encontrarla?

Más que encontrarla fue re-encontrarla. Es muy frecuente que a una actividad que disfrutábamos durante la infancia le dejamos de dar espacio en la vida adulta. En mi caso, escribo desde que tengo memoria. El primer cuaderno que tengo guardado con notas es un diario íntimo de cuando tenía seis años. Y la escritura es un arte que me conecta con otras, como el teatro, las artes visuales, etcétera. Amo las artes en todas sus formas.

Habiendo encontrado tu pasión, ¿cuáles crees que son los mayores desafíos a los que te enfrentas para seguir alimentándola?

El mayor desafío para alguien que trabaja de lo que le apasiona es que cuando las tareas y actividades cotidianas te abruman es fácil desconectarse de esa emoción.

Me pasa que cuando tengo muchas lecturas pendientes para hacer correcciones me saturo y quiero hacer todo menos leer. ¡Vaya paradoja! ¡Si es lo que elegí! En algún momento se vuelve poco placentero y ahí hay que hacer una pausa. Es natural sentirse casanda o abrumada aunque trabajes de lo que te apasiona. Y eso es algo que hay que desmitificar: que en algún momento necesites descansar o desconectar, que en algún momento te deje de resultar placentero o quieras cambiar de rumbo, puede pasar. A veces necesitamos desenchufar para poder reconectar con el placer (la pasión) de hacer lo que hacemos.

¿Sabés qué película me recuerda esto? “Kiki, la aprendiz de bruja” (también se la llama “Kiki’s delivery service”). Es la película favorita de mis hijas, por suerte, así que siempre está ahí recordándome esto. La súper recomiendo.

¿Qué te inspira?

¡Muchas cosas! Mis hijas, las mujeres de mi familia, mi compañero de vida, mujeres escritoras en sus obras y biografías, mujeres emprendedoras, la naturaleza, la música, el arte en general… Para mí es vital estar en contacto tanto con una misma como con el mundo externo. En ese equilibrio es que logramos inspirarnos y crear.

Para vos, ¿pasión y propósito son lo mismo?

Mmm, no. Para mí la pasión es una emoción que nos provoca algo que nos da placer. A mí me da placer leer y me da placer escribir. Por eso, como es una emoción, la pasión no es algo fijo y constante, sino mutable y cambiante.

Al propósito lo veo como algo que va más allá de una y su placer personal: se trata de algo que brindás al mundo, un por qué estás en este mundo y cuál es tu aporte a mejorar la experiencia de vida de las demás personas. Y ahí está el desafío, en que sea placentero y apasionante llevar adelante ese propósito.

¿Qué significa para vos el éxito?

¡Qué palabra más difícil! Es que creo que el exitismo es un obstáculo enorme. Estar todo el tiempo pendientes de “ser exitosos” o “conseguir el éxito” nos vuelve productivistas, y en ese productivismo nos desconectamos de la creatividad y la pasión.

Por lo general, el éxito se relaciona con ciertos valores sociales y culturales: dinero, fama, familia heteronormada. Está buena tu pregunta porque es importante que cada quien encuentre su propia definición de éxito.

Hecha esta aclaración, para mí, el éxito es lograr armonía entre los distintos aspectos de mi personalidad: amor, familia, amistades, descanso, creatividad, profesión, comunidad…

¿Vivís de tu pasión, o trabajás de otra cosa?

Como decía antes, para mí la pasión es una emoción y, como tal, es efímera. Hoy tengo la suerte de haber podido crear un emprendimiento de talleres de escritura creativa a distancia que funciona económicamente y que se alinea con lo que me da placer, con lo que me apasiona (la literatura y la enseñanza).

Igualmente, me parece importante desromantizar esto de que vivir de la pasión es solo hacer lo que nos gusta. En el medio, como emprendedora, también hay muchas tareas cotidianas que no me son necesariamente placenteras o apasionantes. Además, quien te dice, el día de mañana me pueda apasionar otra cosa…

¿Qué es más importante en tu trabajo, el proceso o el producto?

El proceso, sin dudas. Tanto para mí como para quienes atraviesan el proceso de mis talleres y asesorías a distancia. La meta, el objetivo y/o el producto (depende el caso) son una excusa para aprender, crecer y superarnos.

De todos los aprendizajes que has ido cosechando en tu recorrido, ¿cuál de todos te parece el mas relevante para compartirnos?

Disfrutar del proceso, sumergirse en él. Saber que hay momentos para todo: a veces vas a estar en blanco, y está bien, otras no vas a dar abasto con tu propio caudal creativo. Hay que saber atravesar cada momento y no castigarte porque las cosas no hayan salido como quisieras. Tenemos que también ser conscientes del contexto y la sociedad que nos rodea. No para buscar excusas sino para entender que somos parte de algo más grande que nosotras mismas. Y que hay que entregarse a la tarea de hacer. No hay otra manera por más velas, sahumerios y astros que se alineen. En mi caso, palabra por palabra, es que se tipea un libro completo. Como dice Simone de Beauvoir: “Escribir es un oficio que se aprende escribiendo”. Y, para mí, esta frase aplica a todo.

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