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Así que me dije a mi misma me lanzo al vacío y lo intento ! Porque si algo aprendí de mi volantazo anterior, en el que pasé de agente de viajes a artista/diseñadora, es que los cambios son posibles, y que en realidad una de las trabas mas comunes "el que va a pensar la gente", no es mas que miedo disfrazado de excusa para posponer lo que sabemos que tenemos que hacer, porque no solo que "la gente" no existe si no que además nadie esta mirando lo que hacemos.

Dicho esto, y como planeo que esta relación que inicio hoy con ustedes sea de esas profundas, les voy a contar la verdad sobre cómo empezó todo.
Lo primero que les quiero aclarar, es que el volantazo de mi vida, no lo di un día que me levanté iluminada, mas bien fue el día en el que el vino a por mí.

Si bien es verdad que ya venía haciéndome preguntas del tipo: ¿esto es todo? ¿mi vida a va a ser esto? ¿levantarme a la mañana con pocas ganas?, también es cierto que mi única certeza era saber que debía haber algo más.

Siempre supe que hemos venido a esta vida a aprender, pero lo que en aquel momento no sabía es que también tenemos la capacidad de ELEGIR que clase de alumnos queremos ser. Por aquel entonces yo abrazaba la creencia de que solo lo sacrificado vale la pena, por lo que no fue raro que mi mayor aprendizaje haya venido disfrazado de cáncer de mama. Y como en mi época de agente de viaje yo vivía en modo chica-business-súper- eficiente- desconectada- de- sus-emociones, para despertar necesitaba un cachetazo de los fuertes.

Pese a lo serio de la enfermedad tuve la suerte de un diagnóstico temprano y un tratamiento que resultó eficiente. Igualmente cuando regrese a mi casa luego de la cirugía recuerdo haber pensado, “listo ya está vuelvo a la agencia y acá no ha pasado nada”.
Obviamente, la verdadera historia, no había hecho mas que comenzar.

Si piensan que patear el tablero es difícil, déjenme decirles que esa fue la parte fácil comparada con la que me esperaba: un bucle de miedos, frustraciones, enojos y búsquedas, cursos y cursitos, para descubrir qué quería hacer con mi vida.
Solo tenía claro que tenía que ser algo creativo, que pudiera hacer sola con mis manos, que no me generara estrés y que no hubiera computadoras implicadas en el proceso, pero no mucho más.

Haciendo un mega resumen de un proceso que duro casi 4 años con mucho trabajo personal mediante, les digo que el resultado de esa búsqueda fue Marina Picazo, mi marca de carteras.

A los dos años de haberla iniciado, en el 2018 tuve mi segunda crisis, ya no la de los 40, pero me animo a decir que más intensa, porque fue la que me dio la luz, el orden, el foco y el coraje necesarios para hacer lo que mi alma me estaba pidiendo hacer.

Así que este 2020 será el año de pulir y de afianzar esta nueva etapa Arty en Marina Picazo, donde me declaro artista, pinto el cuero casi como jugando, creo las carteras y también escribo este Blog.

Sé que el camino de aprendizaje no se termina nunca, pero también sé que ha llegado el momento de disfrutar del camino, porque finalmente entendí que eso es lo único real que tenemos.

A partir de ahora elijo ser una alumna feliz.

Hasta la próxima semana ! Gracias por leerme!

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