Terminando de cursar el Ciclo Básico Común, me preguntaron cuál de los diseños tenía pensado estudiar. Cuando respondí "arquitectura", el docente de Proyectual II revisó mis trabajos, sus anotaciones, y sugirió que torciera mi voluntad hacia la indumentaria. Yo, siempre terca y rebelde... En parte, tenía razón, nunca me dediqué a la arquitectura.
Pero hasta el día de hoy tampoco sentí interés por la moda. Nunca miré moda, nunca consumí moda
Me apasionan las texturas, la fusión de los materiales, los cambios de estado, de forma. Me apasionan las estampas, la belleza del error. La libertad de poder crear sobre lo que ya existe. La transformación. Me apasiona la sorpresa que me genera aquello que no estoy esperando. Y sobre todo, más que nada, me apasiona que sea una vez y nunca más.
Siempre supe que existía algo de lo que iba a enamorarme, pero UNIKAT es la consecuencia de una búsqueda enorme. Intentar y fracasar. Poner punto muerto y arrancar otra vez. Una larga transición en la que acopié conocimientos, imágenes, sensaciones, estímulos. La carrera universitaria fue mi lazarillo.
Recuerdo bien el día en el que, estampando la primera imagen en serigrafía, entendí que esa transición había terminado.
Texturas y mas texturas
Reconocer lo que me apasiona y poder ejecutarlo, modificó definitivamente mi visión sobre el diseño, sobre la estética, sobre los procesos creativos. Ahora vivo de otra manera.
Me inspiran el color amarillo, la arquitectura de líneas simples y puras. Me inspiran los plásticos, el hormigón, los metales. Me inspira aquello que logra sorprenderme y emocionarme: una película, un cuadro, una forma, un paisaje. El amor y el desamor también son motivos de inspiración.
En UNIKAT diseño, genero materiales, dibujo, estampo, armo productos, manejo la publicidad, desarrollo la gráfica, el packaging, me contacto con la gente, ordeno la logística de entregas, estoy atenta a que se cumplan los tiempos y las formas. Cuando ese ciclo finaliza, sé que alguien tiene en sus manos un objeto que disfruté hacer profundamente.
Éxito es tener el producto listo para ser enviado y sentir que me cuesta entregarlo.
Éxito es recibir el mensaje sincero de agradecimiento.
Éxito es que mi pasión sea mi sustento emocional.
Muchas veces pienso qué pasaría si fuese también mi pilar económico... No lo sé.
Amo transitar los procesos creativos. Y debo confesar que no siempre son placenteros. Enfrentarme a las dificultades y poder solucionarlas es mi gran desafío. Y cuanto más complejas son, más me involucro.
Estudio, leo, miro, busco, investigo y pienso mucho. Soy perfeccionista, busco el detalle. Creo que todo es mejorable y mejorable una y otra vez. Incorporo otras disciplinas, otras técnicas. Y la consecuencia del proceso creativo es el objeto.
EL producto. Que siempre es portable. Se ve, se luce, se muestra.
Proceso y producto, igual de importantes. Uno más personal y otro compartido con quien lo lleve
A los 26 años armé una valija y me fui. Viví casi 10 años fuera del país. Aprendí a entender otra cultura, a aceptar otras ideas, a enfrentar situaciones impensadas. A rearmarme.
Y si bien siempre fui muy independiente y autogestionable, fueron años en los que esa cualidad se pulió: la posibilidad de chocarme con los grandes del diseño dando vuelta la esquina, de tocar lo que había visto en libros. Sentirme tan libre hasta la incomodidad...
Es un tiempo que evoco constantemente. Un tiempo en el que sumé a mi vida prolijidad, compromiso y orden. Aprendí que hay una forma de hacer bien las cosas, siempre.
A diez años de haber regresado, siento que las fichas van cayendo de a poco. Siento que, sin duda, fue y sigue siendo mi mayor aprendizaje.
Pasión y propósito...
La pasión es una sucesión infinita de puntos. El propósito solo fragmentos inscriptos en ella.